martes, 7 de marzo de 2017

La "IMAGEN" de un MÉDICO- La trascendencia de una imagen personal "adecuada" en un líder sanitario reconocido por paciente y sociedad



La profesión médica en la cúspide de la valoración social.
Es tradición, historia y actualidad que la profesión médica aparezca siempre en la cúspide de la pirámide de todos los estudios de valoración social. Este alto aprecio por la labor sanitaria se mantiene intacto incluso en las épocas de crisis económica y de valores humanos, por cuanto se considera inaplicable cualquier tipo de recortes en materia de Sanidad, junto con la Educación.

La salud siempre será lo que importa, más aún si otras esperanzas e ilusiones humanas se desvanecen. Cuando el gordo de la lotería mira para otro lado y merman los proyectos vitales siempre queda la confianza de que es posible el desarrollo personal si la salud acompaña.

Pero, si la salud es trascendental, ¿qué relación se puede establecer entre la Sanidad y la estética o belleza? Sencillamente:
¡La salud se tiene y la estética se muestra!, ¡se manifiesta!.

La “imagen del paciente para el paciente"
Los pacientes, generalmente legos en Medicina, “no realizan analíticas clínicas para relacionarse”, pero son capaces de aplicar sus propios cánones de análisis para poder afirmar si los amigos y familiares muestran "buen o mal aspecto" o presentan "cara saludable o enfermiza". Es ese rostro, esa imagen la que vincula la salud con la estética.

La apariencia externa permite comprender las posibles fluctuaciones del estado general físico y anímico de los demás y, por ende, adecuar las relaciones sociales.


La “imagen del médico para el paciente"
Este proceso se debe al simple hecho de que la salud no es un estado constante y fijo, sino una sucesión de altibajos que necesita a menudo de la intervención externa para restablecer el equilibrio físico. Por ello, en la relación con los profesionales de la Medicina "el paciente espera encontrar una imagen personal" que coincida con su concepción personal de la estética de la salud.

Todo doctor es un líder sanitario con reconocimiento previo por parte del enfermo.
Por consiguiente, necesita mostrar una imagen profesional y personal acorde con ese liderazgo, ya que, si a todo dirigente se le conmina poseer y mantener una apariencia de buena salud para ejercer su liderazgo, mucho más exigible lo debe ser para quien desempeña las funciones de atender y cuidar de la salud de los ciudadanos.


La necesidad afectiva del paciente
El avance de la medicina ha sido, es y seguirá siendo espectacular y esperanzador gracias a la comunicación y alta tecnología. Pero conlleva cierta deshumanización que choca frontalmente con la necesidad de relación afectiva que precisa el paciente para sobreponerse y mantener la confianza y el optimismo. Por lo tanto, una imagen personal y profesional adecuada de los equipos médicos puede contribuir a dulcificar las relaciones humanas en tan delicados procesos y permite superar la simple asepsia que siempre se presupone en toda actividad sanitaria.

Ofrecer una buena imagen personal no es ni un lujo, ni un capricho, sino una obligación para el desarrollo de las relaciones humanas.




Autores:
Ramiro Fernández Alonso (psicoesteta)
y David Calvo Temprano (Médico).

Publicado en coreradiologico.com