miércoles, 4 de abril de 2012

El escaparate de la Fórmula Uno entra en escena (2ª PARTE)


Jenson Button.

  A este inglés se le conoce con el sobrenombre del ‘gentleman’ de los circuitos. De estilo refinado al volante, no lo es menos con su imagen. Su estatura (1,82) se sale de los cánones, su cabello, cuidadosamente descuidado, resulta dinámico hasta cuando se desenfunda el casco. Un rubio perfecto para una tez pálida, típicamente británica. Es la imagen perfecta. El hombre anuncio por excelencia de la Fórmula Uno. El glamour convertido en piloto, un filón comercial. Jenson Button sabe jugar como muy pocos con esa barba de dos o tres días que a veces deja asomar. Entonces combina cabellos estudiadamente despeinados. De él se ha dicho que está entre los cinco hombres más atractivos del mundo y alguna vez se le ha escuchado decir que no son los que más corren los que llegan primero pero hay quien cree que si no existe mucha velocidad y ruido no se ganará la vida.


Nico Rosberg.

  Nadie discute su belleza global. Estamos ante un deportista que sabe muy bien coordinar lo que es un joven apolíneo y elegante: peinado, vestido, figura y personalidad. Con ese magnífico cabello, su expresividad y atractivo personal, hagas lo que le hagas acabará ofreciendo un resultado sobresaliente. Estoy convencido de que es consciente de que sus dedos son su mejor peine, dándole a su peinado naturalidad y espontaneidad. Este alemán de sólo 26 años acumula ya cinco temporadas consecutivas en el mundo de la Fórmula Uno pero aún no ha conseguido el triunfo en ningún gran premio. Esta podría ser su temporada si se aplica una máxima: “el hombre que se siente seguro de su victoria personal no vive inquieto. El éxito conseguido con nobleza y esfuerzo conlleva como premio una gran fuerza espiritual”. Nico Rosberg lo tiene todo en sus manos.



Michael Schumacher.

  Del campeonísimo alemán debemos destacar su imagen capilar negativa. Nadie discute su figura esbelta y elegante pero su corte de cabello, excesivamente corto, minimiza su expresividad y su carisma de campeón, neutralizando así la seducción que en nuestros días se reclama del semblante humano. Hoy, más que nunca, el cabello de los deportistas es vehículo de seducción y comunicación y, sin lugar a dudas, favorece la imagen del líder triunfador.
 Polémico dentro y fuera de los circuitos, Michael Schumacher no debería confundir el carácter de hacerse respetar con el mal carácter, ese que es propio de quien no tolera las opiniones y los derechos que los demás tienen o puedan tener.



Sebastian Vettel.

  Clásico, dinámico, atrevido y risueño. Este jovencísimo triunfador (con sólo 23 años puede presumir de ser bicampeón del mundo) atesora y conserva un fantástico equilibrio entre su figura juvenil, su magnífico cabello, sus elegantes gestos y su expresividad global. Alguien dijo alguna vez que tiene rostro de niño pero su sonrisa perenne no hace más que transmitir agilidad, energía, fuerza y espíritu, cuatro ingredientes imprescindibles en la receta de cualquier campeón. Las baterías de su mente no se cargan con gestos de vencido porque últimamente sólo sabe ganar y en su favor también hay que decir que todos tenemos el poder de empezar de nuevo pero muy pocos saben utilizarlo y, Sebastian Vettel, sin duda, conoce perfectamente cómo hacerlo y por eso su coche luce el número uno.





Ramiro Fernández Alonso
Psicoesteta





                                                                                           

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