jueves, 18 de octubre de 2012

La imagen de los candidatos a las elecciones gallegas y vascas vista desde la psicoestética (y II).

En esta nueva entrega se recoge la segunda parte de la serie de retratos de los politicos que se presentan a las próximas elecciones autonómicas gallegas y vascas vistos desde la psicoestética:

Candidatos a Lehendakari

Patxi López (PSE-PSOE)
«Luce un semblante joven y cercano. Recientemente se cortó el pelo, quizá en exceso para el estilo clásico que siempre le ha caracterizado. Me imagino que está intentando reforzar esa imagen de transparencia que siempre ha llevado por bandera. A mi juicio, se ha pasado, y olvidó que su rostro puede ser uno de sus mejores amigos. Ya se sabe que quien cuida su imagen demuestra creer en sí mismo pero el señor López últimamente no está acertando con los retoques».

Iñigo Urkullu (PNV)
«De rostro serio y quizá huraño, sorprende que hace un año un estudio revelara que sería el político elegido por la mayoría de las mujeres españolas para tener una aventura. Quizá la clave de su éxito sea su indumentaria, muy cercana a la de un «gentleman», y su buena imagen global psicoestética, pero no debería confundir el carácter de hacerse respetar con el mal carácter propio de quien no tolera las opiniones y los derechos de los demás».

Antonio Basagoiti (PP)
«El líder de los populares vascos debería arriesgar más. Luce una moda demasiado clásica para la imagen de juventud y rebeldía que pretende transmitir. Además, desde hace un tiempo, le sobran unos kilos que pueden dar la sensación de dejadez. Actualizarse es rejuvenecerse y alguna vez le escuché que la historia la hacen los inquietos y que los ponderados se limitan a comentarla».



Ramiro F. Alonso
Psicoesteta



dakar

miércoles, 17 de octubre de 2012

La imagen de los candidatos a las elecciones gallegas y vascas vista desde la psicoestética (I).


  Ramiro Fernández, ha elaborado un detallado análisis de la telegenia de la imagen de los candidatos de las elecciones gallegas y vascas. Esta es la primera parte de su informe, dedicada a los políticos gallegos: 

Candidatos a la Xunta de Galicia 

Alberto Núñez Feijoo (PP) 

«En las pasadas elecciones, cuando se alzó con el poder en Galicia, recurrió a los consejos de una estilista que le sugirió que abandonara la gomina. Quizá se tomó al pie de la letra esa postura y ahora, para dominar su pelo, luce una cabellera excesivamente corta. Esa idea es la más cómoda y fácil, pero psicoesteticamente pierde vivacidad y expresividad. De buena planta, Núñez Feijoo transmite una imagen cercana y amable. Presume de vestir ropa de firmas gallegas, con Zara como buque insignia, y tiene claro que un éxito es un fracaso si no se refleja en su aspecto. Jamás le verán apesadumbrado o alicaído. Lo suyo son armas de poder». 

Pachi Vázquez (PSG-PSOE) 

«A buen seguro que su imagen le está causando importantes quebraderos de cabeza. Un día aparece con gafas, al día siguiente se las quita; otro día apuesta por la corbata, y el siguiente recurre a un estilismo más informal. A mi juicio, a Vázquez, como la mayoría de las personas, se le ve mejor cuando es él mismo, es decir, cuando lleva sus gafas y olvida la corbata en el armario de casa. Alguien debería recordarle que el hombre que se siente seguro de su victoria personal no vive inquieto». 

Francisco Jorquera (BNG) 

«Hay calvas que aportan personalidad y otras que la merman, y en el caso del señor Jorquera, lamentablemente, debemos decir que se mueve en la segunda categoría. Su rostro apenas transmite, y debería apostar por un cambio radical de imagen. Hay un lenguaje con la mirada que frecuentemente desmiente lo que decimos con las palabras. Armonizar lo que se dice con la mirada y con la boca es la mejor técnica para persuadir y el mejor camino para inspirar confianza. A este candidato aún le queda mucho trayecto por andar». 


Xosé Manuel Beiras (AGE) 

«Ha sabido conjugar perfectamente su aire bohemio con un estilo moderno y desenfado. De pelo cano, siempre estudiadamente descuidado y brillante, lo combina muy bien con una barba recortada que le da un aspecto interesante, de intelectual. Se nota que mima con esmero su vestimenta». 

Mario Conde (SCD) 

«Hablar de él es hablar de gomina y de repeinarse hacia atrás. Luce el típico estilo de los ejecutivos de los años noventa. Es difícil verlo sin su inseparable traje y corbatas refinadas. Elegante, apuesto, y bizarro, actualmente lleva unas gafas colgando del cuello que le aportan un aspecto interesante». 


Ramiro F. Alonso
Psicoesteta


miércoles, 13 de junio de 2012

Así son los pelos de la Selección




  En fechas recientes un conocido diario nacional me pidió mi opinión capilar sobre los 23 jugadores de La Roja. Aquí os la transcribo:

  1.  Arbeloa: “Tiene un pelo magnífico, pero se lo corta demasiado. Y una barba negra poco espesa”.
  2. Albiol: “Tiene una materia prima moldeable estupenda. Disfruto cortándole el pelo”.
  3. Busquets: “Se preocupa poco por su aspecto. Le influenció Villa al cortarse las patillas”.
  4. Casillas: “Hay que cuidarle el tema de la caída de pelo. Sus cejas son muy masculinas”.
  5. Cesc: “Desde que volvió a España ha mejorado su aspecto y lo ha actualizado. Menos mal.”
  6. Fernando Torres: “Es la virtuosa voz juvenil del coro. Me gustan sus fundidos de color capilar”.
  7. Iniesta: “Se está atreviendo a dejarse crecer el pelo para poder moldearlo”.
  8. Javi Martínez: “Tiene una aureola de hombre aguerrido. A mi juicio se ha rapado demasiado”.
  9. Jesús Navas: “Juega bien con los acabados. Luce pelo inclinado por delante y frontal hacia atrás”.
  10. Jordi Alba: “Es al que menos conozco. Se excede rapándose según mi opinión”.
  11. Juanfran: “Abusa del corte en parietales y temporales. Debería poblarlos para dulcificar su cara”.
  12. Llorente: “Debería cuidar el volumen capilar y su pronunciada barbilla. Gusta su imagen moderna”.
  13. Mata: “Tiene un cabello natural con tendencia al rizo y una barba llena que le resta sutileza”.
  14. Negredo: “Debería arriesgar más, pero se ha rapado y ha sido un acierto. Su pelo triunfa”.
  15. Pedro: “Debería modificar su pelo en concordancia con su olfato de goleador. Es muy clásico”.
  16. Piqué: “Se da baños de color. Es rompedor y se adapta a la moda”.
  17. Ramos: “Es el líder difusor y apolíneo. Busca singularizarse”.
  18. Reina: “ Es el director de orquesta del buen rollo. Tiene una calva con gran personalidad”.
  19.  Cazorla: “Es risueño, pero debería cambiar de look centrándose en las patillas y en el peinado”.
  20. Silva: “Sabe lo que quiere y cómo lo quiere. Deslumbra donde va. Nos da rienda suelta”.
  21. Victor Valdés: “ Sigue la moda de Iván de la Peña del pelo rapado. Le da sobriedad y seguridad en sí mismo, pero tiene un cráneo poco armonioso en comparación con otros”.
  22. Xabi Alonso: “Es la estrella, el rey león. Pelirrojo natural, a veces se descuida la barba.
  23. Xavi: “Le interesa ir clásico, cómodo, cuidado. Es un 10 en todo. Se peina genial con los dedos”.

       Vicente del Bosque: “Es sobrio e impecable en todo. Se recorta él mismo el bigote   con maestría”.


Extracto de artículo publicado en el diario “El mundo”, sábado 9 de junio 2012

jueves, 7 de junio de 2012

Los peluqueros son vigías para la detección precoz de anomalías en el cuero cabelludo


  La inmensa mayoría de los seres humanos nos preocupamos de cuidar y mantener la salud, y tanto hombres como mujeres nos interesamos por nuestro aspecto exterior. La imagen ha pasado a ser un punto importante que mimamos y a la que dedicamos tiempo y dinero. Llevo años defendiendo que estamos inmersos en la Imagocracia, el poder de la imagen que se apodera de casi todo.

  Como señala Carles Muñoz Espinalt, “nosotros no somos solamente lo que somos, sino lo que aparentamos ser”. En este nuevo contexto, los profesionales de la peluquería estamos obligados no sólo a atender las necesidades y peticiones de nuestros clientes, sino a desempeñar una labor de prevención y detección precoz de posibles anomalías en el cuero cabelludo o cabello.

  Peluqueros y dermatólogos siempre hemos trabajado de la mano. Nosotros, los profesionales de la imagen, debemos saber cuándo acaba nuestra misión asesora y cuándo comienza el trabajo del dermatólogo. Indudablemente el experto es el doctor, pero el gremio al que pertenezco debe ejercer de alerta y concienciación. El dermatólogo es el especialista cualificado y facultado para realizar un buen diagnóstico y proponer el tratamiento más adecuado al problema detectado por el profesional peluquero. Afortunadamente, en Asturias contamos con excelentes profesionales de esta rama de la medicina. Son ellos quienes después de  tratar al paciente le animan a que acuda a su peluquero de confianza.

  A partir de ahí es cuando nosotros nos convertimos en cómplices de su situación, le asesoramos sobre cortes de cabello, peinados, acabados…, en definitiva, potenciar su imagen personal proponiéndoles también cosméticos faciales y capilares. En los últimos años, los profesionales de la peluquería nos hemos esforzado en conocer y aprender patologías relacionadas con el cabello, cuero cabelludo y cuidados faciales que tanto preocupan al ser humano. Esa tarea nos ha convertido en excelentes vigías y cauce intermedio entre el cliente y la consulta del experto en dermatología.
  
Ahora, prueba del buen hacer de los dermatólogos asturianos –dirigidos por el presidente del comité organizador, el doctor Sánchez del Río , alma máter del mismo y todo su equipo de colaboradores- se ha conseguido traer por fín a Oviedo –a pesar de muchas dificultades- el Congreso Nacional de Dermatología que se celebrará entre los días 6 y 9 de junio. Es la primera vez que se organiza este cónclave en la capital del Principado, donde se reunirán más de mil profesionales del sector  y estoy convencido que la ciudad les recibirá con los brazos abiertos y les acogerá con el mismo calor y entusiasmo que ellos muestran día a día en su trabajo.

Ramiro Fernández
Psicoesteta

(Artículo publicado en el diario La Nueva España el 5 de junio de 2012)

jueves, 24 de mayo de 2012

Tú también puedes ser 007


  Sí, vale, a lo mejor no eres ahora mismo el perfil que buscan los servicios secretos británicos, pero… es fácil cumplirlo. Ser un agente al servicio de su majestad no es algo a lo que todos podamos aspirar ya. Uno va ganando años, pero tú eres joven y con todo el potencial necesario para convertirte en una de las figuras más admiradas por hombres y mujeres.
  James Bond es el personaje de ficción más elegante, individualista y masculino de nuestra cultura. No es un hombre que vaya a la moda porque él es referencia. El agente secreto es el punto al que miran decenas de hombres y al que suspiran no menos mujeres. Un hombre que sin arrugarse la camisa es capaz de las más complejas proezas.
  Alejándonos del aspecto violento, James Bond es un hombre como tú y como yo, de carne y hueso. Actualmente lo interpreta Daniel Craig. ¿Es acaso Daniel Craig James Bond? No. Los valores y atributos del espía inglés son inmortales e imperecederos, de ahí que el papel haya podido ser interpretado por distintos actores desde hace casi 40 años. Cada uno de ellos, es cierto, aportó algo distinto. Nadie olvida a Sean Connery, el 007 por excelencia y el que lo fijó en el imaginario occidental.

  James Bond es mirada, indumento, porte, gesto y habla. El personaje combina todos los elementos de la psicoestética. Por supuesto, agitados, no revueltos, como sus famosísimos Dry Martini.
  El agente especial es un conjunto de etiquetas a las que siempre es fiel. Buenos trajes hechos a medida. Coches de lujo. Sofisticadas herramientas y una capacidad de seducción difícilmente alcanzable.
  Y yo sigo diciendo que tú puedes ser James Bond. Vale que para cumplir con el perfil hay que tener dinero, mucho dinero, pero a James Bond no lo hace el Aston Martin, el móvil última generación o los trajes impecables. Esos son los atributos que lo caracterizan, lo envuelven, pero lo que realmente distingue a James Bond es su elegancia y gusto; así como su confianza a prueba de bombas.

  La elegancia no cuesta dinero, sí esfuerzo. Hay que aprender a ser elegante. Para ello, huye del uniforme, distínguete del resto. Haz tuya una manera de andar, una manera de vestir, una manera de hablar, haz que tu imagen sea una y única. La confianza tampoco cuesta, pero sí que requiere más trabajo que la elegancia. La confianza es el arma más poderosa de todo James Bond. Apostar por uno mismo es una de las mejores inversiones que podamos hacer. Ármate con ella y hazte acompañar por su seguridad. El dinero, los coches caros, los trajes, el reloj omega, los combinados y las fiestas de lujo corren a cargo de la corona británica. Pero entenderás, amigo, que los británicos confíen en aquellos que primero demuestran con su imagen, palabra y hechos que creen en sí mismos. Como en el enamoramiento, para enamorar, lo primero es estar enamorado de uno mismo. ¿Autoestima? Sí, al servicio de su majestad.


Ramiro F. Alonso
Psicoesteta

jueves, 17 de mayo de 2012

La imagen del héroe nacional



  A las personas nos cuesta pensar; aunque no lo creamos. Para ayudarnos en la vida diaria nuestro cerebro se vale de pequeños prejuicios que le facilitan su tarea. Sí, parece increíble, pero a nuestro cerebro no le gusta trabajar mucho. Mejor dicho, trabaja eficientemente aprovechando al máximo la experiencia y la educación.

  El prejuicio, con sus aciertos y sus errores, nos permite desenvolvernos ágilmente en sociedad. Nos evita pensar y, por tanto, nuestras decisiones son más rápidas y, casi siempre, acertadas.

  Las personas se asocian en comunidades y éstas en naciones. Todas las naciones tienen una serie de elementos comunes que las distinguen y singularizan. El afán de ser distinto al otro; aunque en el fondo todos seamos iguales. En este punto es donde entra la creación de los símbolos nacionales. Elementos que se cargan de valor significativo para facilitar a los miembros de de la comunidad la identificación de esos valores que comparten. Así: las banderas, los himnos, las monedas… y, cómo no, los héroes nacionales o padres de la patria.
  Los símbolos, como los héroes, son “prejuicios” que nos permiten identificar y reconocer nuestros valores más importantes.
  Decía Muñoz Espinalt, padre de la psicoestética, que formábamos nuestra imagen respecto a la de otros, bien para parecernos, bien para diferenciarnos. La aparición de los héroes nacionales, su conformación, surge para inspirar a las nuevas generaciones. Para que éstas los tomen como referencia a la hora de comportarse y dedicar su vida al mantenimiento de una serie de valores imprescindibles para la existencia de la nación y la comunidad.

  Cada país tiene los suyos y no todos son necesariamente héroes de guerra. El rasgo que más les caracteriza es su abnegada entrega a una causa: la independencia del país, la mejora de la educación, la consecución de libertades y derechos…

  Otro de los elementos que posee la imagen del héroe nacional es que se le magnifican las virtudes y perdonan u ocultan los defectos. Es evidente que el Cid campeador no es una figura libre de hechos oscuros y discutibles; sin embargo… la percepción que ha permanecido en el imaginario nacional es la de aquel caballero que venció a sus enemigos después de muerto.
  A la consolidación de los héroes nacionales contribuye no sólo la educación con sus clases de historia, sino también el arte. El cine, sin duda, ha sido el gran forjador de héroes para los norteamericanos -fueran estos reales o ficticios-. Nadie niega la relevancia de John Wayne en el imaginario americano como uno de los elementos que mejor ha transmitido sus valores.

  Los personajes que hoy día son héroes nacionales, probablemente, en su época, no buscasen tal consideración. Es la necesidad de las personas por poseer referentes la que eleva a estos personajes a los altares de la inmortalidad.

  Los que hoy son héroes, ayer fueron personas fieles a sí mismos, a sus ideales, a su ética, a su pueblo. Su comportamiento permitió lo que hoy muchos pueden disfrutar, sea cual sea ese progreso o avance. El recuerdo de estas personas, la utilización de su ejemplo, permiten tener una sociedad más equilibrada y consciente de su pasado. Porque innovar es importante, pero recordar a quienes nos precedieron también.

  Y para ello, para que su imagen y recuerdo estén siempre presentes, se levantan estatuas y monumentos, se abren calles, se construyen edificios, se bautizan barcos y vehículos… pero también, para asociar los valores del héroe al producto, se denomina a este con su nombre.

Puede que a día de hoy ya no nazcan nuevos héroes nacionales. Las naciones ya están creadas, pero sí que su imagen, ejemplo y relevancia siguen presentes.



Ramiro F. Alonso
Psicoesteta


miércoles, 2 de mayo de 2012

Los futbolistas del Barça y el Madrid. Choque de estéticas. -2ª PARTE-

  Continuamos con la segunda parte del duelo de estéticas entre los futbolistas del Real Madrid y los del Barça.


Ramos, la cinta erótica.

  Si algo caracteriza al “4” del Real Madrid es su pelo, siempre largo, aleonado, con una partición medio para liberar sus ojos. Cuando salta al terreno de juego emplea una pequeña cinta que le dota de un aspecto muy similar al de los indios de las películas de vaqueros. Ese complemento no ayuda a darle ductilidad y merma la energía y vivacidad de su mirada; sin embargo, revela una fuerte carga en erótica. Con Sergio Ramos, al igual que con otros futbolistas que también recurren esas cintas para sujetarse la melena, Constato una necesidad en la peluquería moderna masculina, es decir alguna diadema más original que agarre esos cabellos de manera eficaz y con más refinamiento. A priori parece que el central del equipo blanco es una persona que necesita ser guiada, de temperamento fuerte y cierta inseguridad, pero, sin duda, si es así, está bien  asesorado y sabe llevar como un caballero tanto ropa de sport como el traje y la corbata. Quien cuida su imagen demuestra creer en sí mismo y el defensa del Real Madrid se esmera en conseguirlo.


Ronaldo necesita melena.

  CR7 es el Adonis del fútbol actual. Luce un peinado muy moderno, a veces con cierto aspecto “cheroki”, y siempre en constante evolución. No es extraño verle cambiar de “look” hasta tres veces en un mismo mes. Cuando apuesta por afeitarse los parietales, presenta un semblante de primitivismo que contrasta con su cuidada piel y sus perfiladas cejas, dándole una  imagen muy sofisticada. Es un apolíneo presumido en grado sumo que puede llegar incluso a ser obsesivo. La aureola de triunfador que le rodea la rompe cuando saca a relucir unos aire chulescos, una actitud que choca con su personalidad. Debería recordar que nada se logra con la falsa humildad y que para ser valorado hay que saber autovalorarse. Estoy convencido de que si apostara por dejarse el cabello un poco más largo sería ese líder difusor que la juventud imita y emula.


Piqué, toque anglosajón.

  El central del Fútbol Club Barcelona acostumbra a lucir una barba de dos o tres días que refuerza su estilo anglosajón de “descuido estudiado”. De rostro que refleja vitalidad, sabe llevar muy bien la ropa deportiva, adaptando a la perfección las nuevas tendencias, es decir, jerséis, camisas y chaquetas de cuero. El color de su cabello le da un aire muy versátil y agradable. Su pelo, estirado en punta, destella como si se tratara de un guerrero moderno. Cuando no rasura sus parietales se magnifica su volumen de cabello, que, combinado con la barba, le cierra el rostro, denotando un aspecto huraño que para nada concuerda con su mirada y gesto corporal. De ahí que acierte con el corte de pelo para reflejar esa aureola de triunfador que le rodea. Como dice Carles Muñoz Espinalt: “Un éxito es un fracaso si no se refleja en el semblante del triunfador”.  



(Artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA el día 22 de abril  de 2012)

lunes, 30 de abril de 2012

La higiene capilar infantil



  Si la salud capilar de una persona depende, en buena medida, de los cuidados y atenciones que prestemos al cabello durante la etapa infantil de una persona, lógico será, por lo tanto, que nos tomemos muy en serio el tratamiento de nuestro cabello en ese momento de la vida. Por tanto, deberán ser los padres quienes estén atentos a esta cuestión preocupándose de forma permanente de que exista una estimulación de la irrigación sanguínea del folículo y una alimentación adecuada que facilite transportar vitaminas y minerales hasta la raíz del cabello, sin olvidarnos – creo que es obvio – de la importancia de la higiene.

  En este sentido, los profesionales peluqueros aconsejamos lavar la cabeza diariamente con un champú neutro, aclarando con agua lo más pura posible y con una temperatura inferior a los cuarenta grados. Este lavado en los niños no sólo es aconsejable, sino imprescindible, pues ellos despliegan una gran motricidad (deportes, juegos, carreras…) y por ello, precisan de higiene diaria, teniendo siempre muy en cuenta dos factores: la neutralidad del champú y el aclarado posterior con abundante agua.

  Así mismo, la dermatitis seborreica infantil – denominada costra láctea - , es característica de los lactantes en sus primeros meses de vida. Sólo se manifiesta en el cuero cabelludo iniciándose con pequeñas manchas redondeadas, que van creciendo y uniéndose hasta delimitar la zona del eritema, con escamas pegadas de aspecto grasiento y color amarillo terroso. En la mayoría de los casos con unos mínimos cuidados desaparece a los pocos meses.

  Cuando se trate de cabellos muy rubios, deberemos tener en cuenta que las exposiciones al sol aclaran aún más su color y provocan mayor sequedad en las puntas, por los que es recomendable la utilización de un champú para cabellos secos. Quienes pretendan obtener un tono rubio claro en el cabello infantil deberán acudir a un profesional, quien mediante ligeros toques de aclarado en las capas altas, con el peine, conseguirá fácilmente efectos sorprendentes sin perjuicio alguno para el pelo.

  El empleo de la camomila, esa planta herbácea que tiene propiedades medicinales, está contraindicado porque en una eventual exposición al sol, sus principios activos son estimulados por las radiaciones solares desencadenándose una reacción que daña los cabellos. Por el contrario, los champús con camomila resultan totalmente inocuos y los efectos negativos de la loción desaparecen totalmente con el aclarado.

  Cuando la afección del cabello o cuero cabelludo es achacable a causas orgánicas debemos consultar a un médico especialista, que es la persona que está en condiciones más óptimas para tratar eficazmente que el cabello recupere su vigor y consistencia.

  Por supuesto, uno de los aspectos más importantes para la salud capilar, es el corte de pelo. En el primer año de vida del bebé sería aconsejable trimestralmente recortar con mucho mimo esa pelusilla que aún no es cabello, resultando ese retoque tremendamente beneficioso para el posterior desarrollo del cabello del niño. Ese corte debería ser realizado por un profesional competente que se adapte a las características específicas del niño. Jamás otra persona debe tener la osadía de coger unas tijeras u otros instrumentos para llevar a cabo tal misión. El corte del cabello no es sólo un trabajo mecánico; también conlleva otras circunstancias que pueden favorecer el desarrollo capilar, sin olvidarnos, por supuesto, de motivos psicoestéticos, pues según va avanzando en su edad, siempre debemos adaptarnos a las características específicas de cada niño. Es decir, hay que despreciar esa idea de que, como estamos ante un pequeño, cualquier estilo o forma es válido, cuando nada está más lejos de la realidad, pues es precisamente durante esta etapa cuando más hay que atinar en la elección del corte y el peinado.

  Estas orientaciones de higiene capilar son la mejor garantía para que los niños lleguen a tener, en un futuro previsible, una espléndida cabellera. Pero, además de todas ellas, hay otra tal vez más compleja y, por supuesto, no menos importante. Me refiero a que cuando alcanzan la etapa de formación de su “yo”, es muy aconsejable que los padres sepan valorar su narcisismo, respetar y encauzar los gustos de ese adolescente que está a punto de “saltar” a la juventud plena. Es la mejor manera de favorecer su imagen, pues de todos es sabido que ésta tiene una gran importancia en este mundo tan competitivo que nos ha tocado vivir, una sociedad en la que, cuando los niños sean adultos, tendrán que apoyarse mucho en esa imagen, que constituirá un resorte formidable para potenciar su personalidad.

  Como conclusión, hay que decir que hemos de tener muy en cuenta factores no solamente higiénicos y nutritivos, sino también psicoestéticos. Todos ellos conforman un triángulo sobre el que se apoyará, en buena medida, la forma de ser y, por tanto, la manera de actuar del futuro joven y persona madura. Así que, por el bien de los niños, empecemos a cuidar su cabello en todos estos sentidos desde su más tierna infancia.


Ramiro Fernández Alonso
Psicoesteta

martes, 24 de abril de 2012

Los futbolistas del Barça y el Madrid. Choque de estéticas. -1ª PARTE-


El asturiano Ramiro Fernández, el peluquero de la selección española de fútbol, analiza en este artículo el gran clásico del fútbol español desde otra óptica: la del duelo de estéticas. Así ve, sin tapujos, el hombre por cuyas manos pasan las cabezas de los futbolistas más importantes del país esta otra peculiar Liga, de la moda, entre los jugadores del Barça y del Madrid, en la que también unos y otros tienen sus aciertos tácticos y sus fracasos.

Choque de estéticas

 Los diferentes estilos de peinado de futbolistas del Madrid y el Barcelona, a examen.




Messi, aquí sí que falla.
Luce el “10” en el Fútbol Club Barcelona, un número que refleja a la perfección lo que consigue en el terreno de juego. Ahora bien, cuando “la pulga” se quita la elástica azulgrana y desaparece el dorsal de su espalda, todo cambia. Es cierto que se ha cortado el pelo, apostando por un escalado que le va muy bien a su rostro, otorgándole un aire muy juvenil y dinámico, pero sigue muy lejos de estar a la última. De aspecto simpático y reforzando la relevancia de su mirada, concentrada siempre en lo que ha de hacer, Messi carece de fuerte expresividad. No cabe duda de que estamos ante un joven sensible que sabe dosificar con calma los éxitos que le acompañan y está claro que el estilo y la moda no son sus fuertes. Lo suyo es el balón, con el que verdaderamente es un genio e imagino que estamos ante un chico que siente seguro de su victoria personal y no vive inquieto. El éxito conseguido con nobleza y esfuerzo conlleva como premio una gran fuerza espiritual y en eso se apoya.

Casillas, aire rústico.
 El guardameta y capitán del Real Madrid se singulariza por llevar siempre un pelo cuidado y funcional. Es de los que saben peinarse con los dedos. Sus cejas, muy masculinas, y esa barba y bigote incipientes le dan un aire rústico. Acierta cuando rebaja la perilla, consiguiendo así refinar su rostro. De complexión atlética, lleva con prestancia la vestimenta de estilo deportivo, y últimamente en los actos de representación del club o de la selección española coordina muy bien sus trajes y complementos. Sencillo pero elegante. Alguien dijo alguna vez que nosotros, los seres humanos, no somos solamente lo que somos, sino lo que aparentamos ser, e Iker Casillas a pesar de sus éxitos, representa con naturalidad ser un chico normal, educado y correcto. Un diez para el número uno de la selección española y el Real Madrid.


(En el próximo post continuará el análisis del duelo de estéticas entre los futbolistas del Real Madrid y los del Barça.)


(Artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA el día 22 de abril  de 2012)

miércoles, 18 de abril de 2012

Chapeau por ellos



  Hace tiempo vengo observando el resurgir de un complemento masculino. En otro escrito pedía un valiente para que el bigote volviera a lucirse sin complejos. En este caso, abundan los valientes y escasean los complejos.
  Lectores míos, el sombrero ha vuelto y si no se lo creen, fíjense.

  Su regreso no corre a cargo de ancianos o señores de rancio abolengo. No es en esas despobladas cabezas donde lucen de nuevo los sombreros. Vuelve como un complemento a una estética propia de una juventud inconformista y rebelde.

  El modelo elegido es del tipo trilby. Un sombrero de fieltro, bastante flexible y de corona triangular. Su principal precursor ha sido un cantante y compositor inglés de dudosa reputación, Pete Doherty. Otros cantantes y artistas han lucido y lucen sombrero, por poner un ejemplo nacional, tenemos a Joaquín Sabina o al norteamericano Justin Timberlake o al futbolista Touré.
Algunos deportistas ya lo están popularizando...

  Para lucir un complemento o una prenda inusual hay que tener mucha seguridad. Esa seguridad la pueden proporcionar dos factores. La confianza en uno mismo y/o el hecho de que alguien más lo lleve. Sentirse respaldado por una figura de mayor rango o repercusión social es suficiente para lanzarse a tocarse la cabeza con un sombrero. Así es el mundo de la moda, por ese motivo los grandes modistos se pelean porque las estrellas luzcan sus galas en ceremonias como las de los Oscars.

  Este rebrote del sombrero acompaña a un estilo de vida. Vuelve también cierto gusto por la bohemia y la vida nocturna. Son jóvenes que se mueven en esa corriente cultural que se llama alternativa. Chicos que admiran la cultura y participan de ella creando y consumiendo. Inconformistas y rebeldes.

  Toda tendencia tiene sus adornos, sus símbolos, sus elementos significativos. El sombrero ya no indica estatus económico, no protege del frío, el viento o tapa incipientes alopecias. El sombrero hoy día es adorno. Ha vuelto para convertirse en seña de identidad de una forma de plantearse la vida.

  Es el regreso de un elemento que parecía olvidado o condenado a desaparecer con los últimos caballeros. Permítaseme poner una sola pega. Muchos de estos jóvenes compaginan pelo largo, casi melena, con sombreros de ala estrecha. Esto rompe la armonía del conjunto. Son los pequeños detalles habituales en el nacimiento de una tendencia. El tiempo lo pulirá, estoy seguro.

  Para aquellos que aún dudan por tocarse con un sombrero, quizás les anime saber que siempre está bien llevar sombrero por si se presenta una buena oportunidad para quitárselo.

Ramiro F. Alonso
Psicoesteta

miércoles, 11 de abril de 2012

Cuidar el ambiente de una peluquería




Fomentar un ambiente singular y fascinante, no es lo mismo que decorar un establecimiento de peluquería con alfombras persas. Más que los ornamentos, el impacto que pueda crearse, depende del ánimo del peluquero. “El tono religioso de una iglesia- son máximas de Muñoz Espinalt- no los proporciona el lujo de los altares, sino el grado de misticismo de quien celebra y de los creyentes. Ningún decorado resulta apropiado sin el justo proceder de quienes han de animarlo. No existe vestido con empaque y elegancia si falla el gesto atinado”.

Situada la cuestión, podemos preguntarnos: ¿Qué ambiente hay en un establecimiento de peluquería de tipo mecanicista o funcional? ¿De qué se discute? ¿Cómo se gesticula? ¿Qué tono impera? Está bien que se cuide el decorado, pero aquí, como en tantas cosas, es el pájaro y no la jaula el encargado de los trinos. ¿Qué trinos se oyen y qué revuelo se observa?...
Por lo común, los ademanes del peluquero se notan poco concentrados. Ello sería suficiente para propagar un ambiente de inseguridad en los resultados. Abundan los despistes en muchos casos. Las fugas de atención preponderan. Algunos se justifican: “No podemos estar en todo”. El ambiente se les escapa de la mano. Lo que dice Juan lo desmiente Pedro. Parece como si cada uno hiciera una guerra por su cuenta. Conversan con los clientes. Salen a reducir todos los tópicos, desde el tiempo que hace… hasta la rara enfermedad de un pariente lejano. Se le relata el argumento de una película o el último chismorreo. El cliente, puede simular interesarse, pero que nadie se engañe, en el fondo, queda defraudado. Deberíamos tener otro comportamiento. ¿Qué se diría de un médico que en lugar de atender profesionalmente se limitara a contar cuentos a su paciente? Cuando se ignora la psicoestética, el peluquero no sabe ponerse en su papel. Al no saberse situar, intenta ganarse la confianza y simpatía del cliente” haciéndose el gracioso” o dándoselas de enterado sobre si” fulano y mengano” etc... A veces, a la pregunta, “¿cómo le corto el pelo?”, hay clientes que responderían con cierta ironía: “en silencio”.

¿Quién será el médico más agradable: el que cura o el que cuenta chistes? El peluquero no puede ignorar por más tiempo, la lógica que se deriva de las premisas anteriores. Su futuro está en aprenderse bien esta moraleja, y ponerla en práctica.

Creo que nadie duda que lo que el cliente pretende, aunque no sepa formularlo con precisión, o no se atreva a decirlo, es que le comentemos detalles determinantes de su imagen personal; que le informemos de las exactas motivaciones que indican los cambios de moda del presente o que le perfilemos rasgos de la figura que, planteados de esa o aquella manera, puedan influir en sus estados de ánimo. El tema puede parecer pequeño o menor, pero desarrollado con la suficiente preparación no se acaba nunca y abre horizontes. Siempre ofrece un nuevo matiz sugerente para ser atendido.

Es preferible pecar de monótono y machacón que salirse del tema. Todo menos “entretener” al cliente con relatos que nada tienen que ver con lo que nos viene  a demandar. Para él, es  importante su figura; no perdamos el tiempo hablándole, mientras esté en nuestro salón, de temas que se escapen de la imagen personal. Es más, cada vez que nos salimos del tema el ambiente de la peluquería pierde consistencia. No viene a comprarnos el cliente ni el mármol de las paredes, ni el letrero luminoso, ni el último chiste, ni el recuerdo que guardamos de un viaje, ni nuestra opinión sobre el precio de la gasolina. Nada de ello le interesa, en este momento, aunque cortésmente nos escuche.
El cliente busca en la peluquería- y cada día en mayor grado- un modo de reponer rasgos de su imagen que se desdibujan y una forma que le permita potencializar su personalidad con nuevas singularizaciones. Mal se queda, a estas alturas, si no se le sabe ofrecer psicoestética, ya que él viene a comprar algo más que un corte y peinado, tal como se ha dicho tantas veces. Se concrete o no, igual que cuando se va a un restaurante lo que interesa es la comida, cuando se entra en una peluquería o en una “boutique” se reclama psicoestética. No se conocerá la palabra, en muchos casos, pero se desea su significado, de la misma manera que no es necesario conocer la palabra amor para poder estar enamorado.


Ramiro Fernández Alonso
Psicoesteta

miércoles, 4 de abril de 2012

El escaparate de la Fórmula Uno entra en escena (2ª PARTE)


Jenson Button.

  A este inglés se le conoce con el sobrenombre del ‘gentleman’ de los circuitos. De estilo refinado al volante, no lo es menos con su imagen. Su estatura (1,82) se sale de los cánones, su cabello, cuidadosamente descuidado, resulta dinámico hasta cuando se desenfunda el casco. Un rubio perfecto para una tez pálida, típicamente británica. Es la imagen perfecta. El hombre anuncio por excelencia de la Fórmula Uno. El glamour convertido en piloto, un filón comercial. Jenson Button sabe jugar como muy pocos con esa barba de dos o tres días que a veces deja asomar. Entonces combina cabellos estudiadamente despeinados. De él se ha dicho que está entre los cinco hombres más atractivos del mundo y alguna vez se le ha escuchado decir que no son los que más corren los que llegan primero pero hay quien cree que si no existe mucha velocidad y ruido no se ganará la vida.


Nico Rosberg.

  Nadie discute su belleza global. Estamos ante un deportista que sabe muy bien coordinar lo que es un joven apolíneo y elegante: peinado, vestido, figura y personalidad. Con ese magnífico cabello, su expresividad y atractivo personal, hagas lo que le hagas acabará ofreciendo un resultado sobresaliente. Estoy convencido de que es consciente de que sus dedos son su mejor peine, dándole a su peinado naturalidad y espontaneidad. Este alemán de sólo 26 años acumula ya cinco temporadas consecutivas en el mundo de la Fórmula Uno pero aún no ha conseguido el triunfo en ningún gran premio. Esta podría ser su temporada si se aplica una máxima: “el hombre que se siente seguro de su victoria personal no vive inquieto. El éxito conseguido con nobleza y esfuerzo conlleva como premio una gran fuerza espiritual”. Nico Rosberg lo tiene todo en sus manos.



Michael Schumacher.

  Del campeonísimo alemán debemos destacar su imagen capilar negativa. Nadie discute su figura esbelta y elegante pero su corte de cabello, excesivamente corto, minimiza su expresividad y su carisma de campeón, neutralizando así la seducción que en nuestros días se reclama del semblante humano. Hoy, más que nunca, el cabello de los deportistas es vehículo de seducción y comunicación y, sin lugar a dudas, favorece la imagen del líder triunfador.
 Polémico dentro y fuera de los circuitos, Michael Schumacher no debería confundir el carácter de hacerse respetar con el mal carácter, ese que es propio de quien no tolera las opiniones y los derechos que los demás tienen o puedan tener.



Sebastian Vettel.

  Clásico, dinámico, atrevido y risueño. Este jovencísimo triunfador (con sólo 23 años puede presumir de ser bicampeón del mundo) atesora y conserva un fantástico equilibrio entre su figura juvenil, su magnífico cabello, sus elegantes gestos y su expresividad global. Alguien dijo alguna vez que tiene rostro de niño pero su sonrisa perenne no hace más que transmitir agilidad, energía, fuerza y espíritu, cuatro ingredientes imprescindibles en la receta de cualquier campeón. Las baterías de su mente no se cargan con gestos de vencido porque últimamente sólo sabe ganar y en su favor también hay que decir que todos tenemos el poder de empezar de nuevo pero muy pocos saben utilizarlo y, Sebastian Vettel, sin duda, conoce perfectamente cómo hacerlo y por eso su coche luce el número uno.





Ramiro Fernández Alonso
Psicoesteta





                                                                                           

jueves, 29 de marzo de 2012

El escaparate de la Fórmula Uno entra en escena (1ª PARTE)



 En el circo de la Fórmula Uno la imagen vale tanto o más que un buen motor o la mejor aerodinámica. Ese valor multiplica los ingresos de las escuderías que compiten en el club más selecto del mundo del automovilismo. El 18 de marzo, en Australia, arranca un nuevo Campeonato que a buen seguro volverá a estar cargado de emoción. Los mejores pilotos lucharán por hacerse con el título, cada uno con su destreza a los mandos del volante y con una imagen personal por la que se pelean las grandes firmas. Ramiro Fernández, psicoesteta, analiza el estilismo de los principales espadas del Mundial.




Nuestra misión en psicoestética es aconsejar, asesorar, orientar, sugerir… pero jamás imponer nada. De mutuo acuerdo con el cliente realizamos técnicas distintas a cada caso para favorecer, actualizar y potenciar su imagen personal. Estamos inmersos en la imagocracia, el poder de la imagen que se apodera de casi todo y, la Fórmula Uno es el mejor espejo de estas tendencias actuales. Cuando el próximo 18 de marzo se encienda la luz verde del semáforo del circuito de Albert Park, en Melbourne (Australia), arrancará un nuevo Campeonato del Mundo, una nueva lucha de los mejores pilotos por conquistar el título mundial. Sus peinados, sus gestos, su indumentaria… cientos de flashes harán que sus rostros den la vuelta al planeta. Empieza una carrera por ver quién es el más rápido pero en cuestión de estilo ganan casi todos.



Fernando Alonso.

Desde su debut en la Fórmula Uno -allá por el año 2001- hasta hoy su cambio  de estilo, de peinados y su corte de cabello  han dado un giro espectacular. Una imagen vale más que mil palabras (ver fotos). De su Imagen Personal Atascada (IPA) pasó rápidamente a la Imagen Personal Impulsora (IPI). Su popularidad, como gran campeón, se disparó y ahora innumerables firmas comerciales le eligen como imagen de marca. Sin duda, Fernando Alonso es uno de los deportistas de élite más internacionales del mundo. El cabello es uno de los símbolos de la personalidad humana y Alonso, con esa imagen siempre cuidada, demuestra que cree en sí mismo. Sus patillas estilizan su figura y están acordes a su talla; su incipiente perilla, más conocida como sombra o lunar indio, le singularizan y le dan esa psicoestética aureola de campeonísimo. Un éxito es un fracaso si no se refleja en el semblante del triunfador y Alonso es el mejor espejo del triunfo.




Ramiro Fernández Alonso
Psicoesteta